domingo, 19 de febrero de 2012

III. El anochecer de los dioses

La gran roca agoniza
a sus hijos no importa
para tu venganza
el cielo negro devendrá
el silencio de la muerte
anuncia al clérigo rojo
ciencia y muerte, lluvia,
lluvia negra de negros velos
teñido de blanco hueso
la gran diosa... olvidada
degollad al cordero
y lentamente su sangre
derrite la vida malvada
llevando consigo a su tumba
a los dioses de oriente a occidente...

Ambivalencia, ausencia de poder
escribas en los portales de la muerte
dominios de la noche, dominios de la luz
cuando su propia existencia es olvidada

Siempre quise abrir los campos del silencio
sobre megalitos ancestrales, clavar mi espada,
los violines han callado y mi reino expirado
los hombres han muerto y tu rostro, destruido...

Septuaginta, desde el mar muerto
despierta al olimpo
sus bienes de deseo
la maldad de sus mentes
corre por el portal del sur
rompiendo la conciencia
de dioses desde el fin
de la no historia,
hasta los laberintos
de los monjes eternos,
espía errante de dioses,
manuscrito de Ormuz
entrega al hombre
su espada por la espada
la muerte de sus hijos....


Ambivalencia, ausencia de poder
escribas en los portales de la muerte
dominios de la noche, dominios de la luz
cuando su propio grito es olvidado...

Acallada por el inmenso fervor de su alma
se enciende en silencio a la tortura de la mente
y como centauros armados con dragones del averno
sobre la roca abofetea la estúpida conciencia humana.

La gran roca agoniza
la palabra escrita arde
Ramadantis desde los campos elíseos
invoca a los cielos
desde el olvido
desde el tiempo
desde los laberintos
del silencio
de la tristeza infinita
desde el anochecer de los dioses...


Ambivalencia, ausencia de poder
escribas en los portales de la muerte
dominios de la noche, dominios de la luz
cuando su propio grito es olvidado...

By: Fernando Montaña
-El anochecer de los dioses-
1999



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