No
te obligo ha hacer lo que no quieras, pero cuando llegue el momento, quisiera
que solo uno de mis deseos me concedas:
Devuélveme
todo aquello que me arrebataste, toda la sangre que derramé por ti, todas
aquellas cosas que sin mi no podías hacer, todos los besos que te di, el amor
que por ti nació y que ahora contigo muere, devuélveme las tardes, las noches y
también las mañanas que juntos pasamos, todos los minutos y las horas, los
sueños y las pesadillas, los golpes que me diste y los que te di…
…todo,
devuélvemelo todo, para que en el día de mi muerte pueda descansar en el
infierno con todo lo malo y lo bueno que te di, claro, se que fue mas lo malo que lo bueno, y por eso, y para
que no tengas que llevar mi recuerdo por el resto de tu vida, por eso estás
aquí, hoy…
Se
que rodaron cabezas, que el intento de suicidio de la razón fue mi razón de
existir, que la misiva de la muerte fue convincente, que los miedos se tornaron
en mi destino manifiesto, que los cuerpos que incineré de todas esas personas
son mi cruz, y mi condena.
Ahora
rotundamente, me devora la inseguridad y los miedos, veo los rostros de quienes
en mis manos murieron, los veo en la pared, me persiguen en mis sueños, en los
rincones de mi casa; oigo los gritos de dolor y la piedad que me pedían es un
constante dolor en mi alma.
Parte
de mi quiere que ahora estés conciente, pero otra parte, no. No podría soportar ver como sufres al morir,
no podría soportar ver como con mis manos llenas de tu sangre, intento hacerte
el amor por última vez. Por eso yaces dormida, para recordarte dormida y que no
sufras.
Cuando
mueras yo te seguiré de cerca, pero en la bifurcación del camino, tu tomarás el
camino de la derecha, hacia los campos de los ángeles, y a mi me espera una
eternidad de sufrimiento y dolor, en las fauces del infierno, aunque no se que
más infierno que el que he vivido…
By: Fernando Montaña
By: Fernando Montaña