No digas nada, sobran las palabras
la lluvia cae sobre mi cuerpo desnudo
la soledad de mi depresión matinal
abraza mi existir y mis ansias de volar.
El alcohol me invade de tu recuerdo,
y cada lágrima vacía nostalgia
sobre mis manos, sobre mi alma
en continua maldita y oscura danza.
Y sè que este futuro serìa distinto
si hubiese contado con tu sonrisa
caminarías a mi lado y dulcemente,
el atardecer caería sobre los hombros.
Ahora presa del frío y la nocturna sinfonía
bajo la lluvia implacable y certera
solo con el recuerdo de tu boca y tus ojos
muero lentamente, con tu rostro en mi memoria.
... y lo sigo leyendo - releyendo, y llego a la misma conclusión ...
ResponderEliminarEste escrito ha sido el más sensible de todas tus entradas, el que mejor definió ese momento tan deprimente de extrañar a alguien y encontrar a soledad como compañía, esa noche tan deliciosa-mente maldita.
Lindo escrito, me halaga ser de las primeras personas que leyeron justo después de su creación.